miércoles, 8 de diciembre de 2010

Contarlo


Qué suerte y qué alivio quien puede contarlo, ¿eh?
Mi marido me ata. Mi novio me somete. Humillo a mi novia porque ella me lo pidió, y ahora a mí me gusta todavía más que a ella. No me puedo sentar de la somanta azotes que me propinó mi ama ayer. Esta noche voy así de puta porque él me lo ordenó por sms hace dos horas. Todo así, de forma natural.

Reconozcamos que la clandestinidad también tiene su morbillo, pero ¿no nos sentiríamos más libres gritando lo orgullosos que estamos de someter a alguien... de que alguien nos somete?

domingo, 14 de noviembre de 2010

'O' berlanguiana


En una entrevista , he leído que este señor tan erotómano (y de cierto tipo de erotismo) estuvo a punto de hacer la adaptación de 'Historia de O', pero no pudo porque se puso con 'Nacional III'. ¿Cómo hubiera sido? ¿Habría usado sus famosos planos secuencia en los que todos los personajes hablan a la vez? ¿Habría tirado de alguno de sus actores fetiche? ¿José Luis López Vázquez?

Qué grande es Berlanga.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Más


Me doy cuenta de que cada vez dejo más marcas en mi perrita. Cada vez influyo más en su forma de vestir, cada vez elijo más qué quiero que vista o no vista. Y cuando no lo hago, ella elije por mí prendas que hace unos meses no se hubiera puesto ni loca.

Cada vez usa menos ropa interior (y eso que me encanta) para ir a trabajar. Cada vez la pierde más a menudo a mitad de su jornada, sobre todo si está húmeda.

Cada vez más controlo más aspectos cotidianos de su vida. Cuándo y cómo ir al baño, cuándo puede o no comer dulces (algo que necesita tanto como respirar...). Un día de estos le echaré arrojos (falta me harán) para empezar a controlarle el tabaco.

Cada vez más necesito ir a donde trabaja, cerrar la puerta, y acercarle la mano para que me la lama. acariciarle la nuca. Tirarle del pelo mientras le pillezco un pezón. Notar cómo se excita sobre todo con esto último.

Un día nos van a pillar, y como eso ocurra, va a ser de traca...




Por cierto, no quería comparaciones con la gloriosa pareja de ahí arriba, pero es que gracias a ellos, en parte, empezó todo.

viernes, 1 de octubre de 2010

Corsé (corset)




Le he pedido a mi perrita que se compre un corsé. Quiero poder ponérselo yo mismo, apretar las cintas, notar su respiración. Hacer un nudo en los extremos.
Comprobar cómo se ha modificado por unos instantes su cuerpo. Menos cintura. Cadera más acentuada. Todavía más. Sus tetas más voluminosas.
Quiero azotarla inmediatamente después. Y quiero escuchar su respiración, inspirando y expirando a ritmos más cortos.
Algún día de invierno, querré que se ponga el corsé para ir a trabajar. Eso no le gustará nada, por si alguien le toca la cintura en un gesto afectuoso y nota un tacto raro (¿Qué pensará esa persona de ella?). Pero es que se lo ordenaré precisamente por esa razón, y ella lo sabe.
Aparte de eso, me parecen muy bonitos, y creo que hacen muy sexy a la chica que los lleva. ¿A vosotros no?

sábado, 25 de septiembre de 2010

Slap


Chateando con mi perrita, hemos llegado a un tema que todavía no habíamos hablado. Ella adora mis azotes en su culo. Le humillan, pero le encantan. Hasta ahora, entre sus límites, se encuentra la prohibición (que yo encuentro muy lógica y acato naturalmente) de no azotar en otra parte que no sea sus nalgas.

A mí me encanta jugar con mi polla cuando me la está chupando. Restregársela por la cara e incluso golpearla suavemente. Pero hacer eso con la mano, eso es otra cosa, claro.

Pensé que el bofetón estaría entre sus límites. Un bofetón no deja de ser un azote en la cara. Me ha comentado que todo el resto de cosas que le humillan, le encantan y le excitan a la vez. Pero que no sabe si un bofetón en la cara sólo le avergonzaría, le haría sentir muy inferior y la haría llorar.

Asunto zanjado para mí. Lo último que deseo es causar sufrimiento. Pero no para ella. Un día me rogará un bofetón, estoy seguro. Y entonces...

P.D. Sobra decir que abomino y estoy en contra del maltrato a las mujeres. Y a los hombres. Y a los animales. Y a las plantas. Y hasta a las cosas. Esto es otra cosa, ¿verdad?

lunes, 13 de septiembre de 2010

Pies



(Madre mía, el tiempo que hace que no escribo...)

El otro día le pedí a mi perrita que me lamiera. Que me lamiera de abajo a arriba. Mi perrita ya me había besado y lamido los pies anteriormente, pero esta vez hizo algo que me produjo una gran sorpresa y un gran placer a la vez. Metió mi dedo pulgar y varios dedos más en su boca, y los acarició con su lengua suave, húmeda y cálida. Me excitó tanto verlo como sentirlo.
Los pies, esa parte tan olvidada del cuerpo, la maltratada, la escondida, siendo en ese momento mimada por una de las partes más nobles del cuerpo. La boca. En este caso, la boca de mi perrita, que es todo un tesoro.

Nunca había tenido especial interés por mis pies ni por los de nadie, pero aquella sensación fue algo comparable a la primera felación que me hicieron en la adolescencia. Mi perrita me confesó después que le gustó mucho hacerlo, no sólo comprobar por mis gemidos lo que me estaba gustando.

Sigue enseñándome cosas sobre mí, perrita...

lunes, 14 de junio de 2010

Esencia

De sobra sé lo que a mi perrita le gusta impregnarse con mi olor. Con el olor de mi sexo. Dice que le vuelve loca, horas después de haberle restregado por la cara mi polla húmeda por su saliva, seguir sintiendo mi olor a su alrededor.

Hoy, en el trabajo, he querido hacerle un modesto regalo. Me he colocado detrás de ella, me he metido silenciosamente la mano por debajo del pantalón y los calzoncillos, y la he impregnado con el olor de mi sexo.

He sacado mi mano y se la he dado a oler. Inmediatamente, ella ha cerrado los ojos, ha dejado lo que estaba haciendo y, silenciosa y tranquilamente, se ha dedicado a olfatear mis dedos y a lamerlos suavemente.

Más tarde, en un sms, me ha escrito cómo le gustaba que la marcara con mi esencia.

Otro día tengo que hablaros de la esencia de mi perrita.

martes, 8 de junio de 2010

Regalo


He de decir que he estado muy muy liado. Que todo entre mi perrita y yo se solucionó a las dos semanas y que en estos momentos nos encontramos en una situación todavía mejor que antes de dejarlo.
Hemos podido quedar a solas más veces que nunca, nuestros encuentros han sido más intensos que nunca, y nuestra relación en el trabajo es más intensa que nunca.
Mi perrita me ha declarado en varias ocasiones lo segura que se siente, lo confiada, y lo agradecida por ser dominada por mí.
Y yo, como siempre que se abre así a mí, siempre me preguntaré qué he hecho para tener la inmensa suerte de recibir este regalo de una persona. Ser complacido, que adivine mis pensamientos, que no se plantee lo raro que es todo esto, sino que lo disfrute como una nueva y enriquecedora manera de plantearse su existencia.


Estoy muy contento con mi perrita buena.

jueves, 29 de abril de 2010

Fin del capítulo






Esta semana, mi perrita y yo por fin quedamos en su casa. Estábamos ansiosos, porque por variadísimas circunstancias, hacía meses que no podíamos hacerlo.

Ojos vendados, manos a la espalda, azotes, mucho sexo oral (unas veces forzado y otras no, siempre increíble), órdenes, penetraciones de distinto tipo... mucho placer mutuo.

Cuando estábamos descansando abrazados, mi perrita me confesó que necesitaba dejarlo un tiempo. Por inseguridad y porque no sentía que estuviera a la altura. A pesar de que he hecho todo lo posible por convencerla de lo contrario, no lo he conseguido. Así que así estamos, coincidiendo en el ámbito laboral, pero totalmente envaillinados.

Me da la sensación de que la mayoría de los dominantes que leo en los blogs, ante esta situación largan a sus sumisas con cajas destempladas. Pero yo no puedo hacer eso, porque creo que mi perrita necesita este descanso de verdad. Pero mientras, yo estoy muy nervioso. Por no poder decirle lo que quiero que vista al día siguiente, ni cuándo quiero que vuelva a casa sin ropa interior (dejando sus braguitas en el trabajo). Por no poder torturar sus pezones cuando me apetece. Por no poder dejar mis dedos frente a su boca para que los limpie con su lengua cuando me como una chocolatina. Esas cosas.

Así que espero que dure poco...

lunes, 19 de abril de 2010

Culotte


El sábado mandé a mi perrita a comprarse un culotte. Lo hice por varias razones: porque me gusta que compre ropa pensando en mí, o de mi elección; porque quería que no se pasase la mañana comiéndose la olla; y porque sé que un culotte es una prenda un poco extravagante que en la vida se hubiese puesto. Y eso también es sumisión.

Me gusta pensar que a la hora de elegir, lo hará pensando en si me gustará el color, si el tejido me resultará agradable cuando le acaricie el culito, si esa costura le rozará el clítoris cuando le retuerza la prenda contra su coño...

Y me gusta que se vea con ese culotte puesto la próxima vez que quedemos. Cómo le sentará cuando esté a cuatro patas frente a mí, preparada para recibir unos azotes que llevo mucho tiempo guardándole.

miércoles, 14 de abril de 2010

Días extraños


Cuando no vives junto a la persona a la que estás dominando, hay días en que todo es muy confuso, y lo que ayer parecía tan normal, tan claro, tan evidente, hoy parece cosa de desequilibrados a los que deberían encerrar por pervertidos peligrosos.

Yo veo a mi perrita todos los días laborables. En el trabajo. Andamos muy cocidos en las horas que coincidimos, y muy rara vez organizamos sesiones. Así son las cosas hasta ahora.

Así que hay días terriblemente extraños. Unas veces terriblemente vainillas. Otros, el ajetreo no nos deja ni hablar.

Todo tiene sentido cuando como hoy, entro a la sala de mi perrita, donde está sentada de espaldas a la puerta. Le ofrezco mis dedos para que los lama, y meto mi mano por su escote. Bruscamente saco sus tetas del sujetador y le bajo el vestido para que queden al aire. Miro sus pezones, que están más hinchados que nunca porque hoy tiene la regla. Los acaricio, vuelvo a humedecer mis dedos con su lengua, y pellizco esos gordos y duros pezones hasta que me canso de hacerlo. Me gusta retorcerle los pezones mientras mi otra mano acaricia su nuca. Mi perrita ha estado mirándolo todo el tiempo y sé que verse en esa situación le ha excitado muchísimo. Me lo confirma por la noche en el chat.

lunes, 12 de abril de 2010

lbd

Acabo de chatear con mi perrita. Sé que ya se encuentra mejor que hace unos días porque la he notado muy caliente. En un sms me ha mostrado lo mucho que le gusta (y le excita) complacerme "como sea". Luego, en el Messenger, se ha propuesto calentarme muchísimo hablando de lo que hemos ido descubriendo en esta relación D/s cuando nos juntamos en su habitación. Lo ha conseguido, claro.

Mañana por la mañana le hago ponerse el vestido negro tan ajustado otra vez para ir al trabajo, esta vez sin sujetador.

Creo que antes, mañana por la mañana bien temprano, le voy a hacer una visita sorpresa.

lunes, 5 de abril de 2010

Mejor

Esta mañana he recibido mail de mi perrita. Me ha contado con todo lujo de detalles los pensamientos que tuvo el otro día mientras tomaba el sol. Ha sido algo totalmente distinto a cómo se encontraba ayer. Ha usado esas palabras y expresiones que sabe que tanto me gusta oír de su boca. Y me ha excitado mucho, claro.

También me ha dicho que se iba a poner un vestido que compró el otro día para mí. Y para colmo, que se iba a poner tacones. Odia ir de tiendas y odia ponerse tacones, aunque en el último año se los ha puesto más de lo que le gustaría.

Al entrar a mi sala, he visto mi perrita como una modelo con un vestido entalladísimo que dibujaba todo su cuerpo. No me he levantado del asiento. Le he hecho dar la vuelta para mí. He acariciado su cuerpo de arriba a abajo. Al final, mi mano ha bajado de más, como siempre, hasta acabar sobre su culo. Me gusta acariciar su culito sobre las medias, aún sabiendo que en cualquier momento se podría abrir la puerta. También como siempre, mis dedos se han deslizado entre sus piernas, donde la he estado acariciando un buen rato, notando cómo se le aceleraba la respiración, hasta que he oído ruidos y la he dejado ir. Me he quedado con las ganas de azotar su culito.

Tengo muchas ganas de quedar con mi perrita a solas para tratarla como ella y yo nos merecemos.

En Messenger esta noche, le he confesado que a veces, esa manera que tiene de adivinar mis deseos me parecen tan increíbles que hasta dudo que sean verdad. Me ha dicho que a ella le pasa lo mismo. Que lo que siente desde que me conoció estaba ahí, latente, y que yo la he ayudado a sacarlo.

domingo, 4 de abril de 2010

El brillo.

Después del largo puente de Semana Santa he podido chatear un poco con mi perrita. La he notado un poco tristona. Tiene visita al médico esta semana y debe estar nerviosa. Me gustaría poder animarla un poco mejor. Espero notar ese brillo en su mirada cuando la vuelva a ver mañana.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Blusa de pija

Antes de entrar al trabajo, le he mandado un sms pidiéndole que se pusiera una determinada blusa, tacones altos y que no llevara sujetador.

Esa blusa se la hice comprar yo. Es lo que ella llama "una blusa de pija". Blanca, de algodón, y con un aspecto un tanto formal, aunque tenga un escote casi a la altura de sus tetas. Así que, por un lado no va para nada con su forma de vestir, y por el otro teme que se le vean las tetas. Por no hablar del hecho de que cada dos por tres, los pezones se le ponen erectos, y eso se nota. Y mucho.

Cuando ha llegado a mi sala, me ha gustado mucho comprobar que me había obedecido en todo. Sólo que venía tapada por una chaqueta fina, así que le he dicho con un poco de seriedad que se la quitara, que quería mirarla. A lo mejor son imaginaciones mías, pero su cara ha reflejado primero rubor por la brusquedad de mis palabras, luego incredulidad hacia sus propios actos (m. siempre ha sido una chica muy insumisa y con mucho carácter) y al final aceptación hacia mi orden. He aprovechado para jugar un poco con uno de sus pezones mientras hablábamos. Se le ponen tan erectos...

Luego no la he visto casi en toda la tarde. No a solas. Aún así, el día me ha dejado buen sabor de boca. Esoy muy contento con mi perrita.

lunes, 29 de marzo de 2010

Retorcido

Hoy mi perrita ha entrado muy contenta a trabajar. He entrado a su sala, y hemos hablado de cosas triviales. Cuando ya no quedaba más conversación referente al tiempo, al trabajo o al fin de semana, me he acercado a su oído y le he dicho:
-Te vas a ir al baño, te vas a retorcer las bragas por el coño y no te las vas a sacar hasta que yo te lo diga.
Ella me ha mirado, ha sonreído, ha puesto cara de que no se lo podía creer y se ha levantado inmediatamente del asiento, desapareciendo por la puerta.
Al rato la he visto. Muy sonriente. No podía parar de moverse de un lado a otro. Muy sonriente, como ya digo.

Un poco después he entrado a su sala otra vez. No parecía que fuera a entrar nadie en un rato. me he puesto a su lado, de pie, y le he acariciado la cara. Al acercar un dedo a su boca, ella se lo ha metido a la boca y lo ha lamido, cerrando los ojos. Por el movimiento de sus piernas estaba claro que estaba muy excitada.

Me ha preguntado que cuándo me iba. le he dicho que todavía me quedaban dos horas. Me ha dicho que era mucho, que no quería que las braguitas le irritaran una zona "tan sensible". Le he dicho que hasta que no me fuera, las braguitas seguían como estaban. Me ha confesado que esperaba no llegar a manchar el pantalón de tan mojada como se encontraba.

A la hora de irme, le he dado un mordisquito en el hombro. Me ha dicho por Messenger que esperaba un beso, y que el pequeño dolor le ha gustado mucho.