sábado, 25 de septiembre de 2010

Slap


Chateando con mi perrita, hemos llegado a un tema que todavía no habíamos hablado. Ella adora mis azotes en su culo. Le humillan, pero le encantan. Hasta ahora, entre sus límites, se encuentra la prohibición (que yo encuentro muy lógica y acato naturalmente) de no azotar en otra parte que no sea sus nalgas.

A mí me encanta jugar con mi polla cuando me la está chupando. Restregársela por la cara e incluso golpearla suavemente. Pero hacer eso con la mano, eso es otra cosa, claro.

Pensé que el bofetón estaría entre sus límites. Un bofetón no deja de ser un azote en la cara. Me ha comentado que todo el resto de cosas que le humillan, le encantan y le excitan a la vez. Pero que no sabe si un bofetón en la cara sólo le avergonzaría, le haría sentir muy inferior y la haría llorar.

Asunto zanjado para mí. Lo último que deseo es causar sufrimiento. Pero no para ella. Un día me rogará un bofetón, estoy seguro. Y entonces...

P.D. Sobra decir que abomino y estoy en contra del maltrato a las mujeres. Y a los hombres. Y a los animales. Y a las plantas. Y hasta a las cosas. Esto es otra cosa, ¿verdad?

1 comentario:

  1. Dejar entrever nuestros sentimientos es muy complicado, pero creo que lo ha logrado. Sigo el blog con cada nueva actulizacion aunque no comente...
    Bien creo que se merece esto, en mi blog le dejo un regalito en la entrada titulada "gracias shurime"

    Un saludo

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