miércoles, 14 de abril de 2010

Días extraños


Cuando no vives junto a la persona a la que estás dominando, hay días en que todo es muy confuso, y lo que ayer parecía tan normal, tan claro, tan evidente, hoy parece cosa de desequilibrados a los que deberían encerrar por pervertidos peligrosos.

Yo veo a mi perrita todos los días laborables. En el trabajo. Andamos muy cocidos en las horas que coincidimos, y muy rara vez organizamos sesiones. Así son las cosas hasta ahora.

Así que hay días terriblemente extraños. Unas veces terriblemente vainillas. Otros, el ajetreo no nos deja ni hablar.

Todo tiene sentido cuando como hoy, entro a la sala de mi perrita, donde está sentada de espaldas a la puerta. Le ofrezco mis dedos para que los lama, y meto mi mano por su escote. Bruscamente saco sus tetas del sujetador y le bajo el vestido para que queden al aire. Miro sus pezones, que están más hinchados que nunca porque hoy tiene la regla. Los acaricio, vuelvo a humedecer mis dedos con su lengua, y pellizco esos gordos y duros pezones hasta que me canso de hacerlo. Me gusta retorcerle los pezones mientras mi otra mano acaricia su nuca. Mi perrita ha estado mirándolo todo el tiempo y sé que verse en esa situación le ha excitado muchísimo. Me lo confirma por la noche en el chat.

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