miércoles, 8 de diciembre de 2010

Contarlo


Qué suerte y qué alivio quien puede contarlo, ¿eh?
Mi marido me ata. Mi novio me somete. Humillo a mi novia porque ella me lo pidió, y ahora a mí me gusta todavía más que a ella. No me puedo sentar de la somanta azotes que me propinó mi ama ayer. Esta noche voy así de puta porque él me lo ordenó por sms hace dos horas. Todo así, de forma natural.

Reconozcamos que la clandestinidad también tiene su morbillo, pero ¿no nos sentiríamos más libres gritando lo orgullosos que estamos de someter a alguien... de que alguien nos somete?

5 comentarios:

  1. sigo prefiriendo la clandestinidad...

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  2. Creo que tienes razón..
    En el fondo nos gusta exhibirnos...en estos juegos procuramos hacer patente nuestra presencia.
    Los dominantes nos gusta marcar visiblemente---es mi caso-- y a muchas sumisas,les encanta mostrar las marcas ..Nos da morbo que alguien pueda adivinar a que jugamos....y que decir de los juegos en público;más de una vez,mi sumisa ha llevado un bondage debajo de la ropa,y lo ha llevado puesto llendo de compras...la excitaciòn y el morboy el orgullo que le da ir por la calle llevandolo,,

    Saludos Lord Melk

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  3. A veces nos gusta jugar en la clandestinidad, le da un punto de prohibición... y no nos engañemos, a todos nos atrae lo prohibido.
    Pero también hay momentos en los que nos gustaría gritar a los cuatro vientos lo que estamos orgullosos de vivir.
    Saludos

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  4. Acabo de caer por aquí... me gusta tu blog.

    Un saludo

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  5. Tienes toda la razón, antes yo me ocultaba y tenia su cosa, pero desde hace unos meses lo puedo decir bien alto, ya que mi familia, amigos y pareja lo sabe y una se siente genial, el poder hacer lo que mas nos gusta :)

    y poder decir "Soy Dominante y me encanta serlo"

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